Jeanne Vieillard
Jeanne Vieillard, amante de la Edad Media hispana
Jeanne Vielliard, la única mujer del trío fundador, fue el vínculo entre el conocimiento y el simple peregrino. En 1938 tradujo al francés (a partir de los manuscritos de Compostela y Ripoll) y publicó la primera «Guía del peregrino a Santiago de Compostela», un texto latino del siglo XII. Jeanne Vielliard nació en París el 26 de mayo de 1894 y falleció en Maisons-Laffitte el 3 de noviembre de 1979. Se licenció en Filosofía en 1912 antes de estudiar en la École normale catholique. En 1920, fue la única mujer admitida en la École nationale des Chartes. Es la primera de su promoción en 1924, con una tesis titulada «Le latin des diplômes royaux et chartes privées del époque mérovingienne» («El latín de los diplomas reales y cartas privadas de la época merovingia»). Al mismo tiempo, estudió en la École des Hautes Études, que publicó su tesis en 1927. Su posición de alumna aventajada le permitió ingresar en la Escuela Francesa de Roma. Fue la primera mujer admitida. Allí permaneció de octubre de 1924 a septiembre de 1927. A continuación fue nombrada miembro de la Escuela de Altos Estudios Hispánicos (Casa de Velázquez). Oficialmente, permaneció allí 4 años, pero en 1928 fue destinada al Archivo de la Corona de Aragón en Barcelona, donde examinó los registros de la cancillería aragonesa, puesto que dio lugar a varias publicaciones con los archiveros históricos Robert Avezou y Léon Mirot. Las fuentes de sus obras más famosas proceden de este amor por España, como su «Guide du pèlerin de Saint-Jacques-de-Compostelle» (Guía del peregrino de Santiago de Compostela).
Pero más que su obra, cuyo valor es bien conocido, lo que me gustaría recordar», dijo Jean Glénisson de la estancia de Jeanne Vielliard en España, «es la pasión que le inspiró este país». Una pasión bellamente evocada por Jacques Fontaine:
«Cada vez que tenía la dicha de entrar en su despacho, creía ver, a pesar mío, a pesar suyo, entrar a Isidoro de Sevilla en persona y detrás de él, con el aroma de los jarales de la meseta… todos los hechizos de la Edad Media hispana. En definitiva, los dos éramos aficionados a España. Y así fue como juntos, en los intersticios de nuestras doctas conversaciones, ambos tuvimos, como dijo Miguel de Unamuno, «un dolor de España».
Entre 1931 y 1937, Jeanne Vielliard fue conservadora en los Archivos Nacionales. Acompañó a Félix Grat en su proyecto de crear el Institut de Recherche et d’Histoire des Textes, que vio la luz en 1937. A la muerte de Félix Grat en 1940, Jeanne Vielliard fue nombrada directora del IRHT, cargo que ocupó hasta 1964.
En 1972, se convirtió en la primera mujer en ocupar la presidencia anual de la Société de l’histoire de France.
En la historia de la erudición de nuestro tiempo», escribe Jean Glénisson, «el nombre de Jeanne Vielliard estará ligado para siempre al del Institut de Recherche et d’Histoire des Textes».
Mis investigaciones no se limitaron a los archivos, e hice la peregrinación tres veces, la última en 1954, que fue un «año santo» y que aún recuerdo con cariño; Si el año pasado no participé en la peregrinación que con tanto éxito organizaron los «Amigos de Santiago de Compostela», fue porque temí no poder soportar la fatiga, pero con todo mi corazón y un toque de nostalgia seguí en mi pensamiento, paso a paso, a los peregrinos de 1965 que, siguiendo las huellas de tantos gloriosos y oscuros predecesores, fueron a rendir homenaje al gran apóstol.
En Revue Compostelle 1965 1″ série: » Souvenirs et projets » firmado por J. Vielliard