A Santiago de Compostela

Si puede, llegue a Compostela por la mañana, tras una etapa relativamente corta. Haga un alto en el Monte del Gozo. Desde la izquierda del monumento erigido con motivo de la visita del Papa en 1989, podrá divisar por primera vez las torres de la Catedral de Santiago. Por lo demás, por desgracia, el desarrollo urbanístico ha invadido la zona. Sin embargo, se conserva la pequeña capilla de San Marcos y su recinto, donde podrá presentar sus respetos.
Llegas a Santiago por la Vía Sacra y por fin contemplas, no sin gran emoción, la fachada barroca de la catedral desde la Plaza del Obradoiro. Dentro, tienes dos rituales que cumplir, pues ya no puedes posar tus dedos en las marcas que han dejado todos los peregrinos que te han precedido en este lugar sobre el mármol de la columna de Jesé que sostiene a Cristo y Santiago, y ya no puedes apoyar tu frente contra la del Maestro Mateo, que se muestra arrodillado al fondo de la columna, con la esperanza de obtener un trozo del genio del creador del Portal de la Gloria.
Pasee en silencio por la nave hasta la cripta, donde podrá presentar sus respetos al relicario de Saint-Jacques. Otra escalera conduce a la estatua del santo que domina el altar mayor. Los que lo deseen pueden hacer el abrazo al apostol, es decir, el abrazo a la española. Como francés, querrá presentar sus respetos en la Capilla de Francia o en la Capilla del Salvador, situadas en el eje del crucero.
A la derecha, verá una vidriera creada por Gino de Valerio y donada por nuestra Asociación el 25 de agosto de 2004, día de San Luis, y una Virgen negra de Rocamadour.